Curso de informática educativa
jueves, 11 de julio de 2013
viernes, 24 de mayo de 2013
Ensayo: importancia del “ego” en la sociedad individualista de consumo.
¿Quiénes somos realmente?
¿Por qué nos aferramos tan desesperadamente a esta falsa y siempre cambiante realidad? ¿Por qué nuestro deseo de gratificación instantánea, comodidad, y riqueza monetaria es tan fuerte, que estamos dispuestos a gastar toda nuestra energía, nuestra vida, para algo tan poco profundo y temporal? ¿Somos lo que creemos ser o somos como nos hacen creer? ¿Hasta dónde debe llegar nuestro ego para obtener una autoestima positiva y necesaria? ¿Una autoestima que nos haga ser capaces de ser buenas personas? ¿Cómo llegamos a eso si tan solo somos simples personas que muchas veces no imaginamos el peso que tiene este asunto?
La respuesta será siempre la misma: debido al apego y a los deseos, debido a la idea de sentirse separado, debido a la identificación con el ego, la idea de querer ser especial, diferente, mejor que todos los demás…
En realidad, el ego es una imagen distorsionada de nuestro verdadero ser, una trampa que la sociedad nos tiende a todas horas para apartarnos de lo esencial: valorar las cosas sencillas, auténticas que nos brinda la vida, conocernos a nosotros mismos, alcanzar la libertad personal, y llegar a la felicidad través de la meditación.
Asi que puedo decir que como todos los productos de la razón, el ego es un conjunto de ideas. Estas ideas condicionan nuestra percepción de la realidad, igualmente recurrimos a estas ideas a la hora de tomar cualquier tipo de decisión, mientras mantenemos una conversación, etc. Esas ideas sobre nosotros mismos se han ido formando a lo largo de nuestra vida, modelándose con nuestro aprendizaje y experiencia hasta convertirse en lo que nosotros somos, o más exactamente, lo que pensamos que somos.
El concepto de “Ego” se ha desarrollado desde tiempos antiguos, los budistas lo denominaban “Sakkhaya” y se entiende como la percepción que tiene un individuo de sí mismo. El ego también se analizó desde un punto psicoanalista por Freud definiéndolo como la instancia psíquica actuante y que aparece como mediadora entre el ello y el superyó. Intenta conciliar las exigencias normativas y punitivas del Superyó, como asimismo las demandas de la realidad con los intereses del Ello por satisfacer deseos inconscientes. Es la instancia encargada de desarrollar mecanismos que permitan obtener el mayor placer posible, pero dentro de los marcos que la realidad permita. Es además la entidad psíquica encargada de la defensa, siendo gran parte de su contenido inconsciente.
El ego, proviene de la palabra griega que significa: -yo, cuyo esquema o forma de pensamiento es que nosotros somos el centro de todo, y no existe nada más importante que uno mismo, siendo a menudo una parte de nosotros mismos como seres pensantes y razonables, que nos cuesta controlar, y que suele salir a flote si le damos el espacio suficiente, ya que es un fenómeno acumulativo, pues es el producto de vivir y relacionarse con otras personas a lo largo de la vida.
Quizás uno de los mayores enemigos de quienes pretendemos trabajar con diversas y hartas personas, sin duda que es el ego que todos llevamos dentro y que constantemente sin duda desea salir de nosotros mismos hacia el exterior y dominar nuestros actos, nuestros intereses, pensamientos, sentimientos, acciones, entre otros, y controlar todas las perspectivas del futuro que podamos tener por delante.
Todas las personas poseemos un ego, el que debemos atender y preocuparnos cautelosamente, ya que lo mejor que podemos hacer respecto a él, es sin duda alguna, alcanzar niveles adecuados de nuestra propia autoestima, con ciertos límites del ego personal constituyendo de este modo un asunto complejo y determinante para el desenvolvimiento de nuestra vida social.
Todo egoísmo deviene un acto innoble y más innoble aun cuando daña la vida de la sociedad. Un líder no puede permitirse la preponderancia del ego por encima de los intereses de la comunidad. El ego es un enemigo perverso que se desarrolla en forma sutil y persistente alimentado por los elogios, los reconocimientos y la adulonería dia a dia.
Por otro lado, nos encontramos que la intransigencia y el dogmatismo cooperan en estos procesos incentivando a nuestro ego a partir de un conjunto de concepciones que nos llevan a pensar que la verdad es verdad porque nosotros la decimos y que los demás tienen poco que añadir fuera de las concepciones que hemos acuñado como las verdaderas por nuestra cuenta y riesgo.
El ego, en ocasiones es capaz de actuar de una manera en la cual, invalida muchas veces esfuerzos por comprender a quienes nos rodean, ya sean amigos, familiares, conocidos, compañeros de universidad, compañeros de colegio, de trabajo, pareja, entre otros, o que simplemente no los escuchemos y entreguemos nuestra opinión, creyendo que es más importante, la mejor de todas y que no hay nadie más que la pueda igualar o superar.
Debemos a su vez, destacar aspectos que en realidad son y serán muy significativo, ya que nos encontramos según diversos estudios, congresos, psicólogos, entre otros, con que el ego, aparte de que nos haga vernos a nosotros mismos como el centro de atención, también realiza efectos en los seres humanos, como lo es la pérdida de un sentido autocrítico de la vida, lo que nos lleva siempre a culpar a los demás de los problemas que se nos presentan, ya que no vemos que nosotros mismos somos responsables de nuestras vidas, de las dificultades en las que nos podamos encontrar, los malos momentos que nos toca vivir, las caídas, nuestros errores, entre otros, ya que no somos capaces de buscar en nosotros mismos la responsabilidad que nos corresponde, llevándonos a pensar que nosotros siempre hacemos lo correcto, bien, perfecto, de la mejor manera, criticando muchas veces a las personas que nos rodean, por no ser “tan eficientes, perfectos, y correctos” como ellos mismos, siendo solamente personas igual que el resto a la población mundial, encontrándonos que la diferencia es que ellos tienen el ego en las nubes.
El ego, no funciona dentro de nosotros de la mejor y más conveniente manera, ya que en ocasiones, somos capaces de marginar al resto de la sociedad y personas que queremos, como pareja, mama, papa, hermanos, amigos, amigas, tíos, primos, entre otros, logrando alcanzar un punto de dominio sobre nuestra vida que se nos hace imposible reconocer los errores o fracasos, ya que nos lleva al convencimiento de que solo nosotros tenemos la razón, que hacemos todo perfecto, que nadie nos superará, dentro de una personalidad que muchas veces tiende a perder todo juicio objetivo para reconocer que se ha enfermado de algo con muy pocas posibilidades de ser curada, llegando a tal extremo que en circunstancias el ego, se convierte en una enfermedad con un punto de gravedad que se hace en nosotros irreversible para siempre, acompañándonos permanente mente en todos los quehaceres de la vida, llegando muchas veces a acompañarnos hasta la muerte, frustrando todo lo que se le pone nuestro alcance y haciendo un daño de incalculables proporciones a nuestro alrededor.
Por otro lado, podemos encontrarnos con qué en la psicología, el egocentrismo es la característica que define a una persona que cree que sus propias opiniones e intereses son mucho más importantes que del resto de las personas, limitándolo a ponerse en el lugar del otro, y a la vez creyendo que todos buscan o deben buscar lo que ellos buscan, creando un ambiente muchas veces de competencias, de malas palabras, entre otras.
Con el paso de nuestros días, nos encontramos con que la imposición del ego sobre la sociedad, día a día es un tema más complejo, y más latente en nuestro país, viéndose reflejado día a día en la televisión mayormente, que en otro medio de comunicación.
El ego, es una visión tan errada del mundo, que lo que realiza, es empobrecer al pensamiento de nosotros como ciudadanos, cuestionándonos muchas veces la creatividad de las personas y las hace dependientes, inútiles e infelices, ya que no tienen en nada más que pensar que solo en ellos, en imitar al resto, en fijarse lo que anda trayendo, con lo que anda vestido, como camina, como baila, como se rie, como se mueve una persona, para simplemente ser mejor, encontrándose a la vez mucho pero mucho mejor a la o persona antes indicada, empobreciendo el pensamiento, pues ya no son capaces de crear, de imaginar lo que quiere, como lo quieren si lo necesitan o no, porque pasan tan ocupados en buscar cómo llamar la atención, que hasta ni imaginan, solo copian al resto de las personas que los rodea, jurando ellos ser originales y los mejores que existan.
Actualmente vivimos en una sociedad egocéntrica completamente , ya que las personas son cada día mas individualistas, frías, que solo buscan llamar la atención del resto al precio que sea, son capaces de hacer todo tipo de cosas para ser ellos, los mejores, encontrándonos algunas personas sumergidos en una sociedad de consumo, puesto que, quien más adquiere, es el mejor, por lo tanto su ego resulta ser más alto, pasando a ser una competencia constante, en la cual estas personas se encuentran a la guardia de que nadie sea mejor que ellos, muchas veces viendo los últimos productos de la tecnología, de autos, computadores, cámaras fotográficas, celulares, tablets, notebooks, televisores, equipos, refrigeradores, casas, departamentos etc., para ser ellos quienes primeros adquieran dichos productos, dañando de este modo a las generaciones posteriores, ya que les estarán entregando el mismo ejemplo, haciéndole un daño enorme a sus familias y comunidad en la que residen, ya que su ego ira siendo traspasado de generaciones en generaciones.
Además, nos encontramos en una sociedad donde cada persona es constantemente bombardeada de falsa información, falsos sueños, falsas expectativas, falsedades en general, mentira, manipulación, egocentrismo, miedo, derrotados y vencedores, pobres, ricos y muy ricos que solo quieren más dinero, no importa de qué clase sean, porque el dinero significa poder, el poder de vivir mejor y más cómodamente durante más tiempo. Bombardeada a tener miedo de estar en la calle o algún otro tipo de personajes excluidos social mente por el sistema, ya que no entra en los dogmas del escape constante, escape al sufrimiento, a nuestros miedos de la realidad que no queremos afrontar.
Si nos damos cuenta de algo que ya hace tiempo nos había iluminado, nos avergüenza tanto que nos resguardamos en nuestro ego de ser lo más razonable con nosotros mismos, porque no podemos ser eso que decimos no ser, pero que nuestro consciente/inconsciente lo sabe, sabe que no hacemos más que apoyar lo que queremos que cambie, por lo que lo censuramos hasta enviarlo a los más recóndito de nuestra conciencia para no derrumbar lo único que nos mantiene en estado de no/conciencia, de escape, de evasión, de miedo a sufrir, el ego.
En este momento, nos encontramos en una sociedad en la que cada individuo debe respetar las libertades del otro, sin saber siquiera cuales son esos límites que delimitan nuestras libertades individuales y que no son más que los que delimita el otro ser en ese momento y en esa situación por una necesidad natural ya que al otro le gustaría ser respetado en la misma, fomentando así el egocentrismo, la mentira y la hipocresía de que como debo respetar al otro haciéndole muchas veces ver tu realidad.

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